Y así la escritora fue despedazada por sus lectores, quedando de ella solo las manos sobre el teclado...
¡Feliz año! Y lo comienzo disculpándome por mi ausencia. Un bloqueo enorme me ha impedido escribir algo medianamente legible durante este tiempo, y lo único que he podido hacer es esconderme en un rincón oscuro y llorar por mi mala suerte.
Como bien dicen, año nuevo, vida nueva. Y comienzo el año con nuevos proyectos y retomando algunos antiguos. Los explicaré bien cada uno en su entrada, ya que me gustaría que la explicación fuera el inicio de la etiqueta.
Una vez más, vuelvo a disculparme con vosotros. Intentaré no estar tanto tiempo sin pasarme.
Con cariño,
Crescenza