Parece que fue ayer cuando solo éramos dos niños que no sabían ver las señales. Parece que fue ayer cuando buscaba cualquier instante, cualquier excusa, para hablar contigo. Parece que fue ayer cuando el destino te cruzó en mi camino y cuando, de repente, te apartó de él.
Pero no fue ayer. Han pasado dos años desde aquellos días. Y ahora, después de tanto tiempo, te has vuelto a cruzar en mi camino. Pero esta vez no te voy a dejar marchar, y no me importa lo que piensen.
Sauce, símbolo de la tristeza y la melancolía, árbol de la magia y del misterio, presagio de la muerte. Sauce, incomprendido compañero, acompáñame en el camino hacia mi destino.
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