Sé que no está bien. Lo sé. Pero, ¿quién manda en el corazón?
¿Quién marca el momento entre un amor y el siguiente? Y con más razón si el
amor se apagaba poco a poco desde hacía ya tiempo.
Si el destino lo quiso así, por algo será. Pudo ser, y no
fue. Y ahora es nuestra hora. Hora de dar las caricias que nos debemos, los
besos que no nos dimos. Los abrazos que, por una razón u otra, se quedaron en
el tintero.
Ahora es la hora de ser nosotros mismos...
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